lunes, 23 de junio de 2008

¿CAMINO,… VERDAD Y VIDA?

Dice el poeta: “Se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás… “. Caminos hay muchos. Y si ese camino se hace marcando un paso distinto al de nuestra sociedad, ignorando el afán por el dinero y cambiando el “bienestar” del tener, por la satisfacción de servir, de acompañar, de amar a tantas personas que quedaron al margen de nuestro mundo globalizado, por lo injusto de los sistemas económicos; ese camino merece la pena recorrerlo, pues es Testigo y Denuncia a la vez, ya que sirve al que lo transita, al necesitado y cuestiona a la gran mayoría que vive de espaldas al camino.

Como Pastoral Carcelaria de la Iglesia de Manabí hemos dado otro paso en el camino, abriendo una asesoría jurídica, que servirá a los encarcelados sin dinero, a las familias pobres, que se ven avasalladas y no tienen como defenderse, (pues acá la justicia en demasiadas ocasiones baila al ritmo del dólar), a los niños abandonados que llegan a nuestra Casa - Hogar y que necesitan de un proceso judicial para retornar a su familia, a los campesinos que sufren con miedo el desalojo de sus parcelas, …

Algunos ya nos cuestionan: “¿Qué pinta la iglesia en los juzgados?” “En todo se quieren meter”, “que se dediquen a dar misas”… Y yo me pregunto ¿La Verdad y la Justicia no van de la mano? ¿Por qué se preocupan tanto de que los pobres tengan acceso a la justicia?, ¿no debería ser de todos y para todos? Hay otros que en una semana ya se alegran, porque los abogados que pedían “ayuditas” a los familiares de las personas privadas de libertad, por gestionar sus papeles para la salida de su hijo, hermano o esposo, les devuelven la plata y piden que no nos digan nada a los de la pastoral carcelaria. Otros amigos privados de libertad que no habían salido de la prisión, a pesar de haber cumplido su sentencia, por no tener recursos para “mover sus papeles”, ahora celebran su libertad.

En pocos días los casos han desbordado las previsiones más optimistas y la esperanza de muchas familias, pasa ahora por las manos de una pastoral, con la que muy pocos quieren colaborar. Como si Cristo nunca hubiese estado preso o condenado injustamente.

Realmente creemos que en estos momentos de la historia de la humanidad, nuestra Iglesia necesita más testimonios y testigos (por sus obras los conoceréis dijo Jesús, no por su capacidad de oratoria). Creemos que hay que ser CAMINO, andar paso a paso junto al rebaño, enlodarse y empolvarse, salir de la pastoral del despacho para poder caminar y servir; creemos que lavar los pies al prójimo no se puede reducir a una escenificación en Semana Santa y queremos amar a Dios encarnado en cada familia, especialmente (como en Belén), en las más pobres y abandonadas. Queremos dar VIDA a las palabras de Jesús, porque nuestros pobres están sobrecargados de palabrería bonita y necesitan vivencias, necesitan ver misioneros lavando a los enfermos y ancianos de sus recintos, compartiendo un arroz con huevo, visitando las escuelas para conversar con sus hijos, “perdiendo” tiempo en estar y conocer sus vidas y sufrimientos, planificando juntos las mejoras de la comunidad,… viviendo y Evangelizando a su lado.

No queremos ofender a nadie, pero además de respetar a cada persona, sus creencias y estilos de vida, creemos que debemos anunciar sin descanso el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, que nos arrancó de nuestras raíces para comprometernos en servir y vivir, sin desmayo, desde la Fe y el Amor.

Ojalá estos pasos en el camino, proféticos para quién nada puede, no sean para los que podemos unos pasos más, sino que ayuden a reabrir los ojos a muchas personas sensibles al dolor del prójimo; personas que teniendo claro por dónde caminar y habiendo escogido un día este camino, este rato se sentaron a descansar, acomodados y algo distantes, con la esperanza de que sean otros, los que sigan haciendo camino al andar.

CON CARIÑO

ANA Y ANTONIO

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