martes, 16 de diciembre de 2008

NAVIDAD Y SENCILLEZ

Está claro que sólo siendo como niños podremos acercarnos a la felicidad, pues hasta para las disputas o enfados, sus tiempos de resentimiento son mínimos. Mientras, otros pasamos dándole vueltas a la cabeza y tristes, sintiendo el dolor y el vacío de la falta de amor, de la traición, de la desconfianza,… y sin saber hacia donde caminar después de un fuerte tropiezo.

Tenemos que recuperar la sencillez que ellos trasmiten, su frescura, su alegría, su capacidad de asombro, de sanar las heridas. Es desde ellos que comenzamos a vivir signos de amor, que nos hacen entender, que el abuso de unos pocos, nunca será más poderoso que el amor de los más pequeños.

Estos días se graduaba como economista Alba, hermana nuestra, amiga, hija, entrega, corazón puro. Carácter y fuerza para servir a quién Dios le indique, niña más que nadie pero con responsabilidad de adulto. Y a acompañarla nos fuimos, la furgoneta llena, con risas y cantos por el camino, queriendo compartir con su “amisga” este importante momento. Pero no llevábamos invitaciones y nuestro atuendo no estaba a la altura de las circunstancias. No nos dejaron entrar y nos mandaron de regreso; pero ese camino se volvió fiesta. Pasamos por delante de una panadería y ante la admiración y expresiones de los niños, una señora, que los vio, les invitó a comer pan a todos. Decidimos pasear, sus ojos se abrían y brillaban, viendo las decoraciones de Navidad, los colores, el parpadear de las luces, los muñecos en los tejados,… ¡Qué felicidad en sus vidas! ¡Todo era ilusionante!

Al día siguiente dos adolescentes loquitas tocaron las campanas de nuestras almas, entonaron un rap compuesto por ellas, un poco forzado, pero con juventud y cariño desbordado al querer expresar mil vivencias en pocas líneas. Lleno de alegría y de espontaneidad, de signos de amor que son percibidos por sus corazones adolescentes. Valorando los pequeños detalles que compartimos y el cariño que reciben, mucho más fuertes que el dolor que un día desgarró sus vidas y las hicieron aterrizar, con miedo y desconfianza, en nuestro Hogar. ¡Gracias hijas!

Se terminó el jarabe de los gemelos y es domingo en la tarde, así que improvisamos un paseo a Calderón, para buscar el remedio. Todos arregladitos, como una gran familia, grandes y pequeños caminamos de botica en botica. Risas, bromas, juegos, todo es para ellos una gran aventura: un perro que nos ladra, un señor que pregunta, un tropezón al cruzar la calle,… al fin encontramos la preciada medicina y mientras nos atienden, las personas que hacen cola indagan sobre los niños: ¿de donde?... ¿por qué…? ¿los padres…? Cada uno de nuestros niños expresa su sentir sobre su situación, sobre su vida; pero en todos sorprende la expresión de sus rostros mientras contestan: una gran sonrisa. Al final, ya de partida, preguntamos a la señora por el costo del medicamento y muy amablemente nos indica que nos regala la medicina y nos invita a regresar si necesitamos más.

Felices y sonrientes salimos y decidimos hacer fructífero el ahorro: ¡comeremos una hamburguesa de 0,70$! la platita nos viene justa y aunque no da para acompañarla con un refresco, todos estamos de acuerdo, así se hará. ¡Qué miradas! ¡Qué gestos en sus rostros! Son once hamburguesas que comienzan a desfilar. Surge una pregunta: ¿podemos pedir mahonesa? La señora saca un botecito, que comienza a bailar de mesa en mesa. Al final mil carcajadas, las caritas sucias de salsa, bromas y los abrazos que surgen espontáneamente expresando felicidad. La señora mira y remira admirada a esa gran familia, y finalmente acaba regalando caramelos a todos los niños, el bote de mahonesa vacío, y durante el camino de regreso la sensación de haber compartido la mejor cena del mundo. Y cómo no, la pregunta clave: “¿cuándo regresamos?".

Y es aquí, en cada uno de ellos y de ellas, que tienen sentido nuestras vidas, nuestro servicio, nuestro desgaste y lucha diaria. Gracias por cada uno de ellos, por poder servirles, por poder quererlos, gracias por todos los que nos ayudan en esta linda tarea, los verdaderos educadores, los amigos del Hogar, por quienes creen en nuestros niños, por quienes comparten la entrega,… y en estas fechas te pedimos también, por quiénes se aprovechan de ellos, quienes los utilizan, los maltratan o los explotan, para que esta Navidad abran los ojos del corazón y vean en ellos y en ellas al NIÑO DIOS.

lunes, 23 de junio de 2008

¿CAMINO,… VERDAD Y VIDA?

Dice el poeta: “Se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás… “. Caminos hay muchos. Y si ese camino se hace marcando un paso distinto al de nuestra sociedad, ignorando el afán por el dinero y cambiando el “bienestar” del tener, por la satisfacción de servir, de acompañar, de amar a tantas personas que quedaron al margen de nuestro mundo globalizado, por lo injusto de los sistemas económicos; ese camino merece la pena recorrerlo, pues es Testigo y Denuncia a la vez, ya que sirve al que lo transita, al necesitado y cuestiona a la gran mayoría que vive de espaldas al camino.

Como Pastoral Carcelaria de la Iglesia de Manabí hemos dado otro paso en el camino, abriendo una asesoría jurídica, que servirá a los encarcelados sin dinero, a las familias pobres, que se ven avasalladas y no tienen como defenderse, (pues acá la justicia en demasiadas ocasiones baila al ritmo del dólar), a los niños abandonados que llegan a nuestra Casa - Hogar y que necesitan de un proceso judicial para retornar a su familia, a los campesinos que sufren con miedo el desalojo de sus parcelas, …

Algunos ya nos cuestionan: “¿Qué pinta la iglesia en los juzgados?” “En todo se quieren meter”, “que se dediquen a dar misas”… Y yo me pregunto ¿La Verdad y la Justicia no van de la mano? ¿Por qué se preocupan tanto de que los pobres tengan acceso a la justicia?, ¿no debería ser de todos y para todos? Hay otros que en una semana ya se alegran, porque los abogados que pedían “ayuditas” a los familiares de las personas privadas de libertad, por gestionar sus papeles para la salida de su hijo, hermano o esposo, les devuelven la plata y piden que no nos digan nada a los de la pastoral carcelaria. Otros amigos privados de libertad que no habían salido de la prisión, a pesar de haber cumplido su sentencia, por no tener recursos para “mover sus papeles”, ahora celebran su libertad.

En pocos días los casos han desbordado las previsiones más optimistas y la esperanza de muchas familias, pasa ahora por las manos de una pastoral, con la que muy pocos quieren colaborar. Como si Cristo nunca hubiese estado preso o condenado injustamente.

Realmente creemos que en estos momentos de la historia de la humanidad, nuestra Iglesia necesita más testimonios y testigos (por sus obras los conoceréis dijo Jesús, no por su capacidad de oratoria). Creemos que hay que ser CAMINO, andar paso a paso junto al rebaño, enlodarse y empolvarse, salir de la pastoral del despacho para poder caminar y servir; creemos que lavar los pies al prójimo no se puede reducir a una escenificación en Semana Santa y queremos amar a Dios encarnado en cada familia, especialmente (como en Belén), en las más pobres y abandonadas. Queremos dar VIDA a las palabras de Jesús, porque nuestros pobres están sobrecargados de palabrería bonita y necesitan vivencias, necesitan ver misioneros lavando a los enfermos y ancianos de sus recintos, compartiendo un arroz con huevo, visitando las escuelas para conversar con sus hijos, “perdiendo” tiempo en estar y conocer sus vidas y sufrimientos, planificando juntos las mejoras de la comunidad,… viviendo y Evangelizando a su lado.

No queremos ofender a nadie, pero además de respetar a cada persona, sus creencias y estilos de vida, creemos que debemos anunciar sin descanso el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, que nos arrancó de nuestras raíces para comprometernos en servir y vivir, sin desmayo, desde la Fe y el Amor.

Ojalá estos pasos en el camino, proféticos para quién nada puede, no sean para los que podemos unos pasos más, sino que ayuden a reabrir los ojos a muchas personas sensibles al dolor del prójimo; personas que teniendo claro por dónde caminar y habiendo escogido un día este camino, este rato se sentaron a descansar, acomodados y algo distantes, con la esperanza de que sean otros, los que sigan haciendo camino al andar.

CON CARIÑO

ANA Y ANTONIO

viernes, 7 de marzo de 2008

Vivencias

Hoy te empeñaste en encontrarme, en salirme al paso y abrazarme en mi cansancio. ¡Qué decirte sino gracias!

Mientras más limitado me siento, más cerca te encuentro.

De mañana fue con la señora María, con su esquizofrenia y su violencia, queriendo ingresar a nuestro Hogar a la brava a llevarse a sus hijos. En mitad de nuestros diálogos de locos estabas tú y en su conversación además de los dos ella veía una tercera persona a la que también reprochaba. ¿Eras tú Señor? Lo cierto es que después de insultarme y empujarme un par de veces, comenzó a escuchar y cuando le explicaba cómo me había tratado, se sonreía picarescamente. Acabamos abrazados y reflexionando desde el amor. Cuando llegó el patrullero no entendía cual era el problema pues parecíamos los mejores amigos. Te fuiste María y mientras le daba los datos a los policías y les aclaraba la situación uno de los uniformados me
miró y me dijo: “Usted sí que quiere a los niños y se la juega por ellos. Yo lo he visto muchas veces en la
cárcel Tomás Larrea y lo admiro”. ¿Cómo sabías Señor, que necesitaba ánimo, tras una semana de pegarme contra el muro de las instituciones públicas?

Esta tarde fui con dos niños y un joven de la comunidad al mercado, es jueves y la verdura llega desde la sierra al mercado de mayoristas. Tras un saco de zanahorias, otro de cebollas, el de coliflores, la carga de lechugas, una caja de vainitas (habicholillas), las cebollas blancas, … pagamos a la serranita, buena amiga del Hogar y entramos a la zona de productos costeños. Comenzamos el regateo y después de un ratico nos miramos bien desanimados pues los precios estaban disparados y con lo que llevábamos no nos avanzaría para comprar todo. La caja de tomate de ocho dólares ha subido a dieciocho, el saco de pimiento de ocho dólares a veinte, el fréjol de palo de seis a catorce,… un calor tremendo, el desánimo y el cansancio acumulado del día. De pronto un señor alto, de unos cincuenta años, pelo algo canoso, con el rostro curtido por el sol y el trabajo se gira, junto a otros cuatro señores y sonriendo me pregunta:
- ”¿Padrecito se acuerda de mi?”
- A horrendo despistado le pregunta, respondo yo.
- “¿Mi padrecito de la cárcel se olvidó de mí? Soy Amador del pabellón C. No sabe lo que le agradezco todas sus visitas y su cariño. Usted sí que nos ayudó siempre a sobrellevar tanto mal que se sufre allá dentro. ¡No sabe cómo me alegro de verlo!”
- Discúlpeme Amador, cuando me vea me tira de la oreja, gracias por saludarme.
- Gracias a usted por todo, hasta otro rato, chao.
Acabé las compras casi sin sentirlo, sonriendo como tonto, queriendo recordar nuevamente tu rostro, esta vez canoso, envejecido, delgado, trabajado, … en medio del mercado, como el Dios que un día me llamó a romper con todo.

A la tarde noche llevé al neurólogo a Víctor Hugo, un niño de 14 años con epilepsia y un retraso mental leve, que pasó casi un año en la calle, donde sufrió y padeció todo tipo de maltratos y abusos. Tuvimos que esperar hora y media en una salita abarrotada por personas con problemas serios, con rostros preocupados y un silencio sepulcral. En mitad de ellos Víctor con su inocencia comenzó a reírse, la secretaria del doctor había crujido sus dedos y él exclamó “casito se los rompe”, todos sonrieron y le miraron. Se asomó a la ventana y gritó “venga, venga don Antonio, corra” me asomé y vi un patrullero de policía, él exclamó riéndose “en uno de esos me llevaron a Guayaquil , como si fuera preso”. Todo era color, risa, vida en sus expresiones, al rato me vi dando una charla sobre el Hogar de Belén y personas pidiendo el teléfono para contactar. Al salir todos despidieron con cariño a Víctor o ¿fue a ti Señor?

Al llegar a nuestro Hogar, oí a una niña llorar. Era Carmen, que llamaba a su mamá. Llegó hace dos días y le cuesta mucho estar en el hogar, su madre enferma pasaba pidiendo en los mercados y ella a sus ocho años, era la madre de sus dos hermanitos de un año. Se siente desubicada y llama la atención agrediendo y con malas palabras. La abracé y conversamos un rato, lloramos juntos y nos prometimos que juntos vamos a ayudar a su mamá para que se cure. Le conté un cuento sobre niños que no pueden estar durante un tiempo con sus mamás y de un hogar que les cuida y lucha porque pronto vuelvan con ellas. Sus ojos brillaban escuchando y de repente me abrazó más fuerte. ¿O fuiste tú, Señor? Me emocioné mucho y llamamos a la compañera con la que discutió, se abrazaron, se besaron, se rieron y pidieron perdón a la educadora. Salieron las tres abrazadas de la casita, yo miraba.

Llegué a casa mareado de día, pero teniendo muy clara tu presencia en cada encuentro, en cada mano, en cada niño, gracias por llevarme de la mano, así el trabajo es más suave y las cargas más livianas. Hasta mañana.

jueves, 6 de marzo de 2008

6 de marzo de 2008

Queridos amigos,

Como estaréis escuchando a través de los medios de comunicación, estamos pasando por un invierno duro y que tiene al país en emergencia. Realmente Portoviejo como cantón, junto con el de Chone, Santa Ana, Rocafuerte,… están muy afectados, sobre todo a partir de hoy en que la presa de Poza Honda tuvo que abrir sus compuertas por la imposibilidad de almacenar más agua. Son ya más de cien familias que se encuentran viviendo en albergues y que sus casas están bajo el agua.

Nosotros por ahora estamos bien dentro de lo que cabe, aunque sufriendo también las intensas lluvias que a ratos parece que nunca se acaban. Dos días hemos estado a punto de inundarnos, pero gracias a Dios, luchando con las palizadas y la acumulación de materiales, hemos conseguido que los canales de desfogue del agua den abasto para evitar males mayores. Ayer se nos inundaron las pozas sépticas, pero hoy con bombas conseguimos secarlas y hemos comprado materiales para instalar unas bombas más potentes.

Nuestro vecinos no han tenido tanta suerte, la quebrada se ha entrado justo en las casas siguientes a las nuestras y han inundado todo, hundiéndose algunas letrinas y perdiendo animales, zapatos, ropa, … todo lo que estaba en las casitas a ras de suelo. En algunas zonas de la parroquia como el Tomatal, los Casinos, Las Chacras, parte de Playa Prieta,… el agua lleva empozada más de un mes; esto supone un gran problema sanitario, pues las personas tienen que hacer sus necesidades corporales en mitad de esas aguas que rodean todo lo que pisan y que en muchos casos entra en las partes bajas de las casas, por lo que la insalubridad es grande.

También están reventando los mosquitos y con ellos la proliferación del Dengue, paludismo,… Los niños son los más afectados, pues los distintos virus e infecciones gastrointestinales, junto con altas fiebres los tienen acabaditos. Los hospitales no tienen ya capacidad para acoger tanto enfermo y se teme un brote de cólera.

En medio de tanta impotencia y dolor surgen también los gestos de solidaridad espontáneos de vecinos que
socorren o ayudan a los que se están inundando, personas que llaman y se preocupan por la situación, reuniones improvisadas para prevenir nuevos daños,… es todo un conjunto de signos de amor que brotan en mitad de esta gran calamidad humana. Tristemente en mitad de estos acontecimientos los gobiernos juegan a la guerra y mientras los precios de todos los productos básicos llevan seis meses de subida imparable. Los grandes productores quieren presionar ahogando al pueblo con sus subidas y el gobierno, con su falta de experiencia, no sabe como paliar esta situación. De una semana a otra no nos avanza la plata para hacer las compras para el hogar. En seis meses la harina ha subido de 19$ el saco a 36$, el aceite de 0,80$ el litro a 1,60$, el arroz de 20$ el saco de 40kilos a 37$,… así casi todos los derivados del aceite, productos de limpieza, granos y cereales, hortalizas, tomates,… Nuestros gobernantes siguen perdidos peleando por ser los dueños del país y nuestra gente se sigue ahogando, pero no sólo en agua, sino en la pobreza y miseria provocada por la peor catástrofe que pueda llegar a un país pobre, los malos políticos.

Dentro de todas estas situaciones os repetimos que estamos bien, que diosito nos cuida y seguimos con
mucho ánimo en la tarea, y sobre todo rezando mucho porque todo esto un día cambie de verdad.

Gracias por vuestra preocupación y cariño. Os quieren

Ana y Antonio