Antes de daros una pequeña reseña del quehacer de este mes de mayo queremos aprovechar la oportunidad para agradeceros a todos los que seguís de cerca esta misión, el haberos preocupado por nosotros haciéndoos presentes de muchas formas. Gracias por estar ahí, gracias por sentir esta tarea como algo vuestro también.

Este mes para el Hogar ha sido un poco movido pues algunos niños se han ido y otros han llegado. El mes pasado os hablábamos de una familia de peruanos que estuvieron alojándose en el albergue durante 30 días. La madre de los niños vino con ellos hasta Ecuador porque su marido está en la cárcel de El Rodeo. Venía con la idea de quedarse pero no encontró un lugar adecuado y decidió regresar con sus tres hijos a Lima. Los niños se hicieron amigos de todos y se fueron tristes. Seguramente los volvamos a ver en época de vacaciones. Buen viaje a Cielo, Kevin y Bryan.

Este mes se fue también Jazmín; ella estaba en el centro por petición de la Fiscalía y estaba dentro de un programa de protección especial a víctimas y testigos. Sus hermanas que estuvieron un tiempo con ella aquí (Celestina y Rosita) ya habían vuelto con su mamá. Ella también pudo irse ya y regresar con tranquilidad a su casa. Quedó en que nos visitará en el mes de julio, que es su cumpleaños. Ahora empieza una nueva etapa pues va a estudiar en una Academia y tiene ilusión de poder hacer amigas. Todos la echamos de menos, pero sobre todo Jimena pues eran de la misma edad y compartían el cuarto.

En mayo llegaron casi sin avisar seis hermanos de una aldea de Crucita que se llama Los Ranchos. El padre del los niños buscó ayuda en la Fundación Nuevos Horizontes de Portoviejo y lo derivaron a ALDEAS S.O.S. Ellos nos pidieron acogerlos temporalmente mientras ALDEAS buscaba un lugar para ellos en su centro. Se les hizo una visita al hogar y se constató la situación tan dura en que estos niños vivían. El mayor de once años se hacía cargo de todos los demás mientras el padre salía a otro lugar a trabajar para mantenerlos. Todos presentan desnutrición pero la más pequeña, Jordana, aún ni camina a pesar de tener casi dos años. Se hizo un informe al Juzgado y la juez citó a la familia para escuchar las versiones. Al día siguiente teníamos a estos niños con nosotros y esto supuso remodelar los cuartos y ponernos a hacer un montón de cambios, incluidas instalación de luz y agua en una parte de la ex-guardería.
Ellos son los hermanos Mera Ayala. Falta la más pequeña en la foto. De derecha a izquierda están: John (el mayor), Isaías, Kevin, Adriana y Andrea. Este es el segundo día de estancia aquí. No les dimos respiro y los mandamos a todos a la escuela. Las hermanas de Playa Prieta nos dieron cupo para todos y nos han ayudado con algunos materiales escolares para ellos. Son alegres y cariñosos a pesar de haber sufrido mucho. La madre les abandonó y el papá trabajaba en Manta, venía cada cuatro días. Su padre los visitó a los dos días de estar aquí y se emocionaron al verlo pero al irse se quedaron tranquilos jugando. Se sienten felices al estar atendidos y poder ser niños.

Él es John; es el mayor de estos seis hermanos. Parece un niño responsable y alegre.
Desde hace algún tiempo cuida de sus hermanos haciendo el papel de madre, él cocinaba, lavaba, los bañaba, y los hacía dormir. Dejó por ello de asistir a la escuela. Todos los hermanos lo quieren mucho. Dice que no se moriría de hambre pues sabe cocinar arroz, sopa de fideos y de pimchagua. Ya está asistiendo a la escuela en Playa Prieta.

Aquí está Kevin Giovanni. Es el segundo en edad, tiene 10 años. Es también juguetón y hasta ahora respetuoso con los demás niños y con las normas del centro. Se está adaptando bien. Tiene unas horribles cicatrices de quemaduras, pues dice que cuando hacía travesuras le liaban trapos en los pies y le prendían fuego. Junto con Jhon han sido muy maltratados, durmiendo incluso en la calle.

Es la tercera en la familia. Su nombre es Adriana y tiene unos 8 años. Es un rabillo ardiendo, temperamental y contestona. Por ahora no hace mucho caso y hay que estar muy pendiente de ella pues quiere hacer su voluntad. Es muy delgada y muy inquieta. También se incorporó ya a la escuela.

Ella es Andrea, la cuarta en la escala. Es tímida, habla poco y nuestras primeras impresiones es que es un poco límite. No tiene madurez para las tareas escolares que por su edad le corresponden, tiene 5 años. Con ella hay que trabajar duro para que supere este desnivel y para que mejore su capacidad de relacionarse y su comunicación.

Aquí está Isaías. Tiene tres años y medio. Es muy cariñoso e independiente. Tiene mucha autonomía para hacer cosas básicas como vestirse, ir al baño, cepillarse los dientes. Es muy alegre aunque a veces se acuerda de su papá y se pone triste, aunque es muy fácil consolarlo: un abrazo y ya. Quiere mucho a John, su hermano mayor. Está yendo a la escuela y está en el preescolar con Moisés de compañero.

Ella es la última de los seis hermanos, la más chiquita. Su nombre es Jordana. Llegó al Hogar y esa misma tarde la vio la pediatra. Tiene una fuerte desnutrición y aunque en la foto se vea llenita no es real pues está hinchada y está reteniendo líquidos. Sus piernas no tienen fuerza suficiente para sostenerla y no puede caminar a pesar de tener casi dos años. Tiene el brazo izquierdo lesionado a raíz de una caída que nunca trataron y no puede moverlo. A pesar de todo este cuadro la doctora nos da un pronóstico bueno si sigue una alimentación adecuada con un aporte extra de proteínas de soja, hierro, calcio y vitaminas. Así mismo tendremos que llevarla a rehabilitación para que recupere la movilidad en el brazo. Y por último mucho estímulo y cariño, que aquí no le va a faltar.

Es la hermana de Cristina y de Génesis que llegaron el mes pasado. Se llama Káterin. Tiene tres años y medio y es una auténtica lora. Todo lo observa, todo lo pregunta y no tiene vergüenza de nadie. Siempre quiere ir a la cárcel con su abuelita y cada día nos pregunta si ya es sábado. Está muy pegada a su hermana Cristina y la despide por las mañanas cuando la furgoneta parte para la escuela, así mismo está deseando que llegue la hora en que vuelven.

Aquí se disponen a ir a la escuela en la furgoneta nueva. Por fin un proyecto hecho realidad, una necesidad del Hogar que se ha visto satisfecha gracias a la colaboración de la Cáritas Diocesana de Jaén, de la asociación que siempre nos apoya “Latiendo con el Sur”, de muchos sacerdotes de nuestra diócesis, de grupos misioneros cercanos, de la familia y los amigos que siempre están a nuestro lado.

Este es el interior del vehículo, como veis es amplio y confortable. Ahora los niños disfrutan más las salidas, pues no pasan frío en las mañanas ni calor cuando el sol del trópico dice "aquí estoy yo". Son 17 niños en este momento los que van y vienen diariamente en la furgoneta.

Este es el interior del edificio destinado a la guardería. Ahora lo ocupan los niños más pequeños del hogar pues el número de pequeños ha crecido en estos últimos meses y hemos tenido que buscar un espacio más amplio. Aquí tenéis a unos cuantos de ellos a los que les gusta mucho tomarse fotos. De izquierda a derecha: Lady, Káterin, Nino y Amy (ella es la más veterana, fue la que inauguró el Hogar con sus otros cinco hermanos. Ya solo quedan tres de ellos.)

Este mes llamó Segundo a reportarse desde Quito. Está trabajando cuidando a un enfermo. Gana 150$ al mes y en Junio comienza un curso de computación. Sus hermanos Liseth y Elian también van a estudiar. Nos dio mucha alegría su llamada y ver que no olvida su Hogar de Belén.

Este mes de Mayo llegó como voluntario Mauricio (Foto: Mauricio, Renato y Antonio) él es chileno y por ahora nos apoya los Lunes y los Martes, aunque está haciendo gestiones para dedicar más tiempo a estar con nosotros. Así mismo esperamos en el mes de Junio la llegada de Renato otro amigo brasileño que también quiere colaborar con nuestra misión.
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